Portafolio Fotográfico 
Tono Gris.
Un trabajo fotográfico inundado de la magia propiciada por las escalas de grises.
Introducción:
Siempre me ha interesado el aspecto que toman las figuras al ser retratadas o producidas a través de las escalas de grises. Existe una clara diferencia entre la cantidad de tonalidades que el ojo humano puede percibir en una imagen producida a blanco y negro a comparación de una hecha totalmente a color. Muchos ejercicios de grandes artistas proponen trabajar en escalas de grises para comprender y ejercitar el trabajo mental de volumetría que se desarrolla al momento de crear o visualizar algo. 
Hacer este trabajo a blanco y negro dota de un aire muy diferente a las imágenes si se compararan con su producto original a color, esto no quiere decir que el trabajo iluminado este mal hecho, lo que realmente pretendo manifestar con este trabajo es que hay una clara y considerable diferencia entre lo que podemos percibir en multiplicidad de tonos y lo que el ojo puede leer en la naturaleza de solo una escala de claros y oscuros.

Este trabajo aborda 3 temas que quise trabajar frente a unos intereses que me llenan completamente, los 3 muy diferentes uno de otro pero cada uno ejerciendo un proceso fotográfico distinto, comenzando por un trabajo de Paisaje, uno de retrato y el final un trabajo de desnudo.
Proyecto de Paisaje.
Ave Reclusa
2023
Fotografía Digital.

Ave reclusa es una obra de fotografía a blanco y negro, donde de retraté la ausencia vivida por un estudiante foráneo que viene de un territorio rodeado de verdes montañas. Consta de 12 fotografías donde se hace un contraste entre la diversificación de las formas naturales y la materialidad cuadriculada de la ciudad, la libertad reprimida  del ser en si mismo.
Desde el nacer, un ser siempre vive rodeado de un ambiente constante. Para algunos puede ser un edificio con balcones y miradas al exterior; para otros, puede ser el horizonte de un inmenso mar, para algunos desafortunados puede ser la cruda realidad de una guerra o un sector abrumado por violencia o por un entorno con pocas oportunidades para el cómodo desarrollo. Sin embargo, alejando un poco la perspectiva de tan oscura situación, y remitiendo el sentir a lo personal y lo que mueve el espíritu, mi lugar siempre ha sido el campo, la naturaleza, el viento, los arboles con sus hojas que caen y revolotean con la brisa fresca, el olor a lodo cada mañana lluviosa, la neblina y los días fríos que lo acompañan, así como también esos días soleados, con ese característico color verde tan luminoso que se inclina a tonalidades fosforescentes y brillantes, el canto de las aves, las cigarras, el movimiento del aire pasando por entre las densas ramas de los arboles, los paisajes hermosos cubiertos por una muralla natural gigantesca de color verde, aquella que nos hace sentir diminutos frente a este inmenso universo, aquellas montañas, aquellos caminos, aquellos riachuelos y quebradas, ese fue mi ambiente constante, fue donde crecí, donde me sentí y donde me siento, a donde pertenezco. 
Cambiar ese lugar de  paz, de tranquilidad, de respirar y de despejarse cada día por un lugar más caótico, más apresurado y que te obliga a encerrar lo de adentro y evitar exteriorizar, ese mundo, que aunque con sus cosas buenas es cruel y difícil, un campo de batalla donde si te descuidas puedes perder muchas cosas, ese lugar lleno de montañas de cemento y caminos pavimentados llamado ciudad.
Con esta obra pretendo compartir el sentimiento de habitar un nuevo lugar del cual no somos ni fuimos, como por la mente pasan aquellos paisajes que acompañaron nuestra vida y se contrastan con la cruda realidad de el nuevo entorno en el que el ser habita, cómo se compara lo de que una vez hubo con lo que hay.


Proyecto de Retrato.
Memoria Heredada
2023
Fotografía Digital.

Las manos hablan por si mismas de la persona, son de cierto modo libros abiertos que permiten a los demás leer un poco sobre nosotros. Al abrir tus manos y mostrarlas a alguien es como si permitieras que esa persona las leyera, cuando juntas las manos boca arriba y abiertas simbolizan un libro, un libro que contiene un registro sobre todo lo que haces, tu trabajo, tus conocimientos, tus experiencias o tu vida. Una persona que trabaja la tierra debe tener sus manos rugosas, el que cocina debe tener unas manos tersas y delicadas con algunos cortes de accidentes que suelen suceder, aquel que no tiene hogar debe tener sus manos sucias, quien trabaja estilizando las manos debe reflejar eso también en las suyas, las manos hacen parte de una divinidad que nos representa y es por ello por lo que decidí que era valioso retratar esta parte del cuerpo tan especial.
Las manos bajo este pensamiento de contenedor de información del ser también pueden relacionarse como las custodias de las memorias de las personas. Sobre el hacer de las manos recae una serie de particularidades que de no estar permitirían que las manos no logren el hacer, los conocimientos, las aptitudes, las tradiciones y todo aquello que viene antes del ejercer algo. Cuando una persona quiere hacer un tejido primero tiene que aprender a hacer el tejido, necesita que alguien le transmita ese conocimiento para el llevarlo a su manualidad, sin esta entrega de tradición las manos no pueden permitirse componer el tejido, es por eso por lo que las manos custodian el saber y la memoria.

Así mismo sucede con cualquier otro tipo de actividades o procesos que conlleven una relación directa con lo manual, cada que haces una artesanía, compones una canción, una melodía o desde lo mas normal como cocinar estas entregando parte de tu conocimiento y también una parte de tus manos. Tus manos son tu tejido, son tu melodía, son tu alimento.

Bajo esta premisa quise enfocar mi trabajo en retratar manos ejerciendo labores de tradiciones de pueblos indígenas, tejiendo, pintando, ofrendando medicina etc. La memoria de los antepasados se encuentra dentro de aquellas hermosas labores que son transmitidas y que son las generaciones actuales las que van encaminándolas.
Proyecto de Desnudo
Lenguaje Corporal
En Colaboración con Yineth Lorena Gañan Betancur, Filosofa Indígena de la Universidad de Antioquia.
2023
Fotografía Digital.

Resumen 
Por Yineth Lorena Gañan Betancur.

El pueblo ẽbẽra Es uno de los pueblos indígenas ancestrales más grandes y dispersos territorialmente en Colombia, contando con pequeñas zonas dispersas desde Panamá hasta Ecuador. Los ẽbẽrarã constituye uno de los grupos ancestrales más importantes que habitan y reconocen sus modos de vida con los saberes de las montañas, selvas, el valle y la mar. La kipara para el ser ẽbẽra es esa tinta negra sagrada que representa el lenguaje antiguo no oral que está escrita en toda la naturaleza y que es escrita con simbologías en los cuerpos y en los rostros de mujeres, abuelas, abuelos, hombres y niños. En el pueblo ẽbẽra la kipara rememora el origen de la existencia de la vida misma, tanto en el mundo del medio, de abajo y en todo el cosmos. La realidad para muchas comunidades ẽbẽra es la pérdida de las lenguas orales y maternas que nacen en los territorios. Las secuelas de la historia del vasallaje europeo y la modernidad siguen poniendo en resistencia y pervivencia los lenguajes milenarios que aún perviven en la cotidianidad de nuestras culturas ancestrales. Es por eso que la kipara se nombra como el lenguaje corporal ẽbẽra, un lenguaje que rememora el origen y nos entreteje a todos en una unidad universal. Este trabajo pretende hilar este conocimiento ancestral ẽbẽra con el poema “animal que respira” del poemario “Museo Salvaje” de la poeta Olga Orozco. Olga Orozco es una poeta que se incorpora en cada uno de sus poemas, experimenta y vivencia el sentir que emana cada poro, la piel, la sangre, la mirada, el olfato, el corazón y cada célula que ella es. Comprender los poemas de Orozco es comprender que el propio cuerpo es la mejor referencia del sentir profundo. El cuerpo es la imagen, es el lenguaje, es la poesía, es la expresión del origen, y del cosmos. El lenguaje corporal es un compromiso de la expresión de escritura simbólica. Este proyecto tiene como finalidad reescribir sobre el cuerpo con simbologías ancestrales y con la tinta negra de la kipara uno de los poemas de Olga Orozco y así mismo poder evidenciar la relación que puede comprenderse a través del lenguaje de los símbolos ancestrales sobre cada parte del cuerpo pintado.

Lenguaje Corporal.
Lenguaje Corporal es una serie fotográfica en blanco y negro de desnudo que consta de 12 registros de 2 cuerpos, uno masculino y otro femenino, los cuales representan la presencia dual de la comprensión del cuerpo, el reconocimiento del masculino y el femenino de cada ser. 
Los cuerpos llevan sobre la piel simbología que nace del conocimiento ancestral del pueblo ebera, pintados con la tinta que se obtiene de la Kipara. Los símbolos que se hayan dispuestos sobre los cuerpos desnudos de los modelos son una transcripción del poema Génesis tomado del libro Museo Salvaje de Olga Orozco. 
La serie guarda un estrecho interés por identificar, a través de la corporalidad, el lenguaje y los conocimientos ancestrales, la relación que existe entre el cuerpo, el poema y la simbología como un lenguaje efímero manifestado sobre la piel.


Genesis | Número 1 de Museo Salvaje (1974)  
Olga Orozco

No había ningún signo sobre la piel del tiempo.
Nada. Ni ese tapiz de invierno repentino que presagia las garras del relámpago quizás hasta mañana.
Tampoco esos incendios desde siempre que anuncian una antorcha entre las aguas de todo el porvenir.
Ni siquiera el temblor de la advertencia bajo un soplo de abismo que desemboca en nunca o en ayer.
Nada. Ni tierra prometida.
Era sólo un desierto de cal viva tan blanca como negra, un ávido fantasma nacido de las piedras
para roer el sueño milenario,
la caída hacia afuera que es el sueño con que sueñan las piedras.
Nadie. Sólo un eco de pasos sin nadie que se alejan un lecho ensimismado en marcha hacia el final.
Yo estaba allí tendida;
yo, con los ojos abiertos.
Tenía en cada mano una caverna para mirar a Dios,
un reguero de hormigas iba desde su sombra hasta mi corazón y mi cabeza.
Alguien rompió en lo alto esa tinaja gris donde subían a beber los recuerdos;
después rompió el prontuario de ciegos juramentos heridos a traición
y destrozó las tablas de la ley inscritas con la sangre coagulada de las historias muertas.
Alguien hizo una hoguera y arrojó uno por uno los fragmentos.
El cielo estaba ardiendo en la extinción de todos los infiernos en la tierra se borraban sus huellas
y sus pruebas.
Yo estaba suspendida en algún tiempo de la expiación sagrada;
yo estaba en algún lado muy lúcido de Dios;
yo, con los ojos cerrados.
Entonces pronunciaron la palabra.
Hubo un clamor de verde paraíso que asciende desgarrando la raíz de la piedra,
su proa celeste avanzó entre la luz y las tinieblas.
Abrieron las compuertas.
Un oleaje radiante colmó el cuenco de toda la esperanza aún deshabitada,
las aguas tenían hacia arriba ese color de espejo en el que nadie se ha mirado jamás,
hacia abajo un fulgor de gruta tormentosa que mira desde siempre por primera vez.
Descorrieron de pronto las mareas.
Detrás surgió una tierra para inscribir en fuego cada pisada del destino,
para envolver en hierba sedienta la caída y el reverso de cada nacimiento,
para encerrar de nuevo en cada corazón la almendra del misterio.
Levantaron los sellos.
La jaula del gran día abrió sus puertas al delirio del sol
con tal que todo nuevo cautiverio del tiempo fuera deslumbramiento en la mirada,
con tal que toda noche cayera con el velo de la revelación a los pies de la luna.
Sembraron en las aguas y en los vientos.
Y desde ese momento hubo una sola sombra sumergida en mil sombras,
un solo resplandor innominado en esa luz de escamas que ilumina hasta el fin la rampa
de los sueños.
Y desde ese momento hubo un borde de plumas encendidas desde la más remota lejanía,
unas alas que vienen y se van en un vuelo de adiós a todos los adioses.
Infundieron un soplo en las entrañas de toda la extensión.
Fue un roce contra el último fondo de la sangre;
fue un estremecimiento de estambres en el vértigo del aire;
y el alma descendió al barro luminoso para colmar la forma semejante a su imagen,
y la carne se alzó como una cifra exacta,
como la diferencia prometida entre el principio y el final.
Entonces se cumplieron la tarde y la mañana
en el último día de los siglos.
Yo estaba frente a ti;
yo, con los ojos abiertos debajo de tus ojos
en el alba primera del olvido.


Créditos y Agradecimientos para:

Por el Compartir de la tinta, su conocimiento y sus manos artesanas:
Yineth Lorena Gañan Betancur.
Y su Trabajo:
Kipara: Relación de la pintura corporal con el territorio y valores rituales de la práctica artística del pueblo ancestral ẽbẽra

Modelo Femenina y por su disposición para este proyecto: 
Clara Serena Cortés Manco.

Modelo Masculino y por su disposición para este proyecto: 
Juan David Durango
Tono Gris
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Tono Gris

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